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Elige correctamente tu tipo de servidor según sean las necesidades de tu empresa.
Son muy distintas las necesidades de las empresas y no existe un modelo único de uso de los sistemas de la información. Es importante conocer las líneas generales de la empresa para escoger la tecnología que mejor se adapte al uso y optimizar costes.
Una breve recogida de información de número de usuarios, los TB de almacenamiento requerido, tipo de ficheros que usa, y modo de uso de los mismos (uso compartido simultaneo, acceso remoto habitual…), el uso de aplicaciones de terceros con información compartida, y otros muchos otros detalles, nos ayudarán a determinar cuál sería el mejor sistema de trabajo para su empresa (si no dispone ya de uno).
En la actualidad, las empresas se enfrentan a la decisión de elegir entre un servidor online, un servidor físico, un NAS… para almacenar y gestionar su información. Cada opción tiene sus propias ventajas y desventajas, por lo que es importante analizar cuál es la mejor alternativa para cada caso particular.
Un servidor online o en la nube, es una opción muy popular entre las empresas. Permite acceder a la información desde cualquier lugar y en cualquier momento, lo que facilita el trabajo remoto y la colaboración entre equipos. Además, no requiere de una inversión inicial en hardware, lo que lo hace una opción económica interesante a corto plazo cuando se empieza y hasta ver la necesidad real.
Existen servicios que hace ya muchos años no planteamos tener propios, como son los servidores web o el servidor de correo, por poner un ejemplo. Ahora y cada vez más, muchos proveedores de aplicaciones ofrecen su software vía web, con lo que se abre una nueva posibilidad de uso para los clientes.
Otro de los usos más recientes es el almacenamiento online de datos (sincronizado o no), y ya son muy conocidos el uso de OneDrive, Sharepoint, GoogleDrive, Dropbox… entre muchos otros. No son muy ágiles si los ficheros son grandes, pero para muchas empresas son una cómoda solución.
Por otro lado, un servidor físico es una máquina dedicada exclusivamente al almacenamiento, gestión de datos, y prestación de aplicaciones y servicios propios o de terceros. Aunque requiere de una inversión inicial en hardware, ofrece un mayor control sobre la información, la seguridad de los datos y velocidad.
Los NAS son una solución intermedia entre un servidor online y un servidor físico. Son perfectos para el almacenamiento de datos, la gestión de permisos a los distintos usuarios, y cada vez tienen más aplicaciones y servicios integrados. Es una opción flexible y escalable, ideal para empresas en crecimiento que necesitan una solución de almacenamiento sencilla y eficiente. Marcas como Synology o QNAP están muy extendidas por su robustez y fiabilidad.